Lo más característico de la República Checa es el cristal de Bohemia con sus múltiples variantes que, junto a las joyas de granate checo y al ámbar, inundan las vitrinas en la zona comercial del centro histórico.
Como toda ciudad turística, Praga está llena de tiendas de souvenirs de todo los tipos y para todos los gustos, decorados con motivos alegóricos a la ciudad y al país: jarras típicas de cerveza, tazas esmaltadas, bolsos, camisetas, figuritas de Kafka, del Golem y del Reloj Astronómico.